Las bombas de agua de recirculación son un elemento común tanto en sistemas de calefacción como en instalaciones de agua sanitaria. A esto se debe que muchas personas tengan duda acerca de la posibilidad de usarlas indistintamente en ambos sistemas. En realidad, es necesario conocer algunos aspectos para evitar equivocaciones al adquirir un ejemplar.
Las bombas de circulación y su funcionamiento
Estas bombas son hidráulicas y centrífugas y se usan para el movimiento de agua caliente dentro de sistemas específicos, compensando en estos el exceso o falta de velocidad del fluido. Su función no es producir agua caliente, sino distribuirla a lo largo del sistema, a ello se debe que es un elemento crucial tanto en instalación de agua sanitaria como en calefacción.
Su utilización en tales instalaciones permite normalizar o mejorar la circulación del líquido en el circuito y, de esta manera, obtener la máxima eficiencia, ya sea en cuanto ahorro de energía o en términos de prestaciones. Dicha eficiencia se consigue gracias a que las bombas hacen que el líquido generador por el calentador de gas (que es garantía de ahorro y desempeño), eléctrico o la caldera supere la fuerza de rozamiento de este contra las tuberías y, así, haya una menor pérdida de calor mientras llega, ya sea a las llaves de agua (en sistemas sanitarios) o a radiadores.
Otros nombres con los que se conoce a la bomba de circulación son bomba circuladora o de impulsión, no obstante, son términos inexactos, debido a que la bomba en cuestión se usa igual para reducir la velocidad del flujo de agua y no solo para aumentarla. Lo correcto es utilizar el nombre con el que se le conoce entre los especialistas: bomba de recirculación, debido a que el sistema tendrá una mayor eficiencia si el líquido va y regresa de manera cíclica.
Dicho lo anterior, toca mencionar que existen bombas de recirculación diseñadas para calefacción y bombas de recirculación para agua caliente sanitaria (ACS). Esto responderá de antemano la pregunta del título, pero aún hay algunas aclaraciones por mencionar. Ambas entran en la misma categoría de bombas de agua de recirculación, que son definidas como dispositivos que aseguran que el líquido caliente esté siempre lo más próximo a los puntos de uso para minimizar el desperdicio y aumentar la comodidad.
Hay otras clasificaciones relevantes, por ejemplo, las bombas de rotor seco que se montan fuera de la tubería de agua y las bombas de rotor húmedo, que tienen contacto directo con el líquido al montarse en la misma tubería. Además, existen bombas no controladas con ajuste de velocidad predeterminado y bombas controladas, que permiten ajustes en el caudal.
Bombas de recirculación de ACS
Siendo directos, la respuesta a la pregunta del título es un rotundo «no». Mencionando las características y funcionamiento de las bombas ACS y de calefacción explicará por qué. Las bombas de recirculación de ACS se diseñan específicamente para recircular el líquido sanitario en un sistema que opera ya sea con calderas mixtas o calentadores de agua instalados profesionalmente. Básicamente, no deben utilizarse para funciones de calefacción por razones de salud y seguridad.
Al recircular el agua de uso sanitario, disminuye la disipación del calor y su disminución, haciendo que el sistema de producción de líquido caliente sea eficiente en cuanto emisión de contaminantes y uso de combustible. Usualmente, son de diseño compacto y permiten ajustar la velocidad y caudal ya sea de forma manual o electrónica.
Se trata de una bomba de rotor húmedo. A diferencia de las bombas para sistemas de calefacción, impulsa el fluido en un sistema abierto y tiene contacto directo con este antes de ser consumido por los usuarios. A ello se debe que, para su fabricación, se usen materiales inertes y con nulos niveles de toxicidad.
Tales precauciones no son consideradas en la fabricación de bombas de recirculación de calefacción, que integra materiales como el antimonio para los cojinetes y se usa exclusivamente en sistemas cerrados cuyo fluido no tiene nunca contacto directo con los usuarios. A ello se debe que, en algunos países, está prohibido utilizar estas bombas en sistemas abiertos de agua sanitaria.
Bombas de recirculación de calefacción
En este caso, se usan exclusivamente para sistemas de calefacción. Es el corazón de estos, ya que hacen recircular el líquido para calentar los recintos. Al ser un sistema cerrado, el líquido no solo va de ida para ser desechado, brindando así un ahorro significativo de agua. Aquí no hay puntos de consumo, sino que el fluido que calienta los radiadores como caloportador tiene que regresar a la caldera o calentador de agua para recalentarse e iniciar el ciclo indefinidamente.
Si bien se recircula una y otra vez el mismo fluido, este tiende a perderse en bajos porcentajes, debido al proceso de evaporación, por lo que es necesario rellenar el circuito periódicamente. Al no haber contacto directo con el agua que estas bombas distribuyen y los usuarios, los fabricantes no aplican medidas extremas al elegir los materiales para su producción. Lo ideal es adquirir un ejemplar que permita ajustar la velocidad de la bomba para lograr calefacción tanto efectiva como eficiente según el nivel de la temperatura exterior.
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